El riesgo de padecer diabetes es independiente del género, ya que la diabetes afecta tanto a hombres y a mujeres por igual. Sin embargo, nuestros cuerpos son diferentes y tendemos a acumular grasa de manera distinta.

El Índice de Masa Corporal (IMC) es el verdadero “marcador” que nos indica si nuestro cuerpo está en una situación normal, de sobrepeso o de obesidad. Es muy fácil calcularlo, sólo se necesita saber nuestro peso y altura.

Anteriormente, en nuestro país creíamos que ser “gorditos” era signo de buena salud y fortaleza. Esto significa lo opuesto. La circunferencia de nuestra cintura o perímetro abdominal, se mide con una cinta métrica al nivel del ombligo. Dicha medida, al igual que el IMC, es un “marcador” invaluable de nuestra salud en general. Sabemos que entre mayor es nuestro perímetro abdominal el riesgo de presentar diabetes y enfermedades cardiovasculares se incrementa.

México es el país de la abundancia y encontramos en nuestros tianguis y mercados tanto frutas y verduras de temporada todo el año, sin embargo, en nuestra dieta cotidiana el consumo de frutas y verduras es en general bajo. El consumo de estos alimentos constituye una fuente de fibra, vitaminas, minerales y agua. Sustancias vitales para el buen funcionamiento del cuerpo. Se recomienda consumirlas por lo menos una vez al día.

El hecho de haber tenido un hijo de más de 4kg de peso al nacer, hace muy probable que hayas tenido Diabetes gestacional, un tipo especial de diabetes que se presenta durante el embarazo aunque no se haya detectado. Además, aunque no la hayas tenido, sólo por ese hecho, tu predisposición a diabetes fuera del embarazo (no gestacional o tipo 2) aumenta.

El hecho de que miembros de una familia tengan diabetes (abuelos, padres, tíos etc), predispone a los miembros sucesivos de la familia de padecerla (hijos, hermanos, sobrinos, etc). Ante esto no podemos hacer nada, por ello, es fundamental saber qué es lo que SI podemos hacer al respecto.